miércoles, 6 de julio de 2011

Si me quieren sacar buena

El reloj impasible camina siempre al mismo ritmo. El día arranca y se nos viene encima con la rutina gris y nos tendemos la trampa del apuro para alcanzar la meta: otro día igual, pero mañana.

Vivimos apurados.
Apuramos un parto con oxitocina. Apuramos la niñez, la adolescencia. Si somos padres, queremos verlos grandes; si somos chicos, queremos irnos de casa. Apurados.

Nos apuramos por salir y por llegar. Adonde sea.
Si manejamos, la autopista. Si es en tren, el rápido. Si podemos, el avión. Si es en colectivo, putearemos cada semáforo. Apurados.

Nos apura el trabajo, los llamados, los mails, las órdenes. Nos apura la escuela, la facultad. Queremos recibirnos, terminar la carrera.

Comemos apurados, tragamos. Porque tenemos que seguir haciendo. Y llegar a la noche y cumplir y enterarnos de lo que pasó en la casa y cocinar y lavar y ordenar. Y estamos apurados por ir a dormir.

Nos apuramos en opinar, en emitir juicios, en diagnosticar. Buscamos soluciones apurados.

Hablamos apurados. Compramos, vendemos. Escribimos. Oímos y no escuchamos. Nos adelantamos a los hechos. Apurados.
Elegimos con apuro y nos casamos. Y vienen discusiones que desatan separaciones apuradas. O nos engañamos y surge el perdón, apurado.

Todo nos apura: el baño, la calle, el frío, la lluvia, el calor, los extraños, la familia, el vecino, el jefe, los hijos, la maestra, el estudio, la vida.

Apurados maltratamos, malpensamos, malqueremos, malogramos, malherimos, malhablamos, malaprendemos, maldecidimos, malopinamos, malinterpretamos, malinformamos, malcomemos, maldormimos, malgastamos, nos malcasamos y nos malacostumbramos.

Maldecimos. Porque apurarnos nos hace equivocar.

Por eso esta noche, cuando estemos solos, dejame que me olvide del reloj  y que vaya bien bien despacio. 




4 comentarios:

  1. ¡Cuanta verdad!
    Y en tan pocas (pero excelentemente usadas)palabras

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  2. El tiempo no pasa. Está ahí, en ese reloj que camina siempre al mismo ritmo. Somos nosotros los que vamos pasando por nuestro tiempo. Y sí, nos equivocamos muchas veces, muchas. Casi que vivimos equivocados. Sin embargo, creo que eso es parte de nuestra esencia, alternar buenas y malas, apurarnos, equivocarnos, parar, dormirnos, ser grosos y volver a fallar.
    Buena tu reflexión, eh? Me tomé mi tiempo para leerla :)
    Saluti!

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